sábado, 14 de febrero de 2009

Fragmentos de un discurso Amoroso Parte V "Cuando mi dedo, por descuido..."

“cuando mi dedo, por descuido...”

Contactos: la figura refiere a todo discurso interior suscitado por un contacto furtivo con el cuerpo (y más precisamente la piel del ser deseado)

Todo contacto, para el enamorado, plantea la cuestión de la respuesta, se le pide a la piel que responda (presiones de mano – inmenso expediente novelesco-, gesto tenue en el interior de la palma, rodilla que no se aparta, brazo extendido, como si tal cosa, a lo largo de un diván, y sobre el cual la cabeza del otro va poco a poco a reposar, son la región paradisiaca de los signos sutiles y clandestinos, como una fiesta no de los sentidos, sino del sentido). El sentido (el destino) electriza mi mano; voy a desgarrar en cuerpo opaco del otro, a obligarlo (ya sea a que responda, o que se retire, o que deje de hacer) a entrar en el juego del sentido: voy a hacerlo hablar.

En el campo amoroso no hay acting-out: ninguna pulsión, tal vez incluso ningún placer, nada más que signos, una actividad desprovista de habla: disponer, en cada ocasión furtiva, el sistema (el paradigma) de la pregunta y la respuesta.

No hay comentarios: