miércoles, 30 de abril de 2008

El Feudo


estas palabras fueron escritas por Jorge Coulon (Inti Illimani)


Con mojigato rubor

deliberó el tribunal

que considera inmoral

que en Chile se haga el amor


Porque es la noche anterior

y no es el día después

la que desespera al juez

cuando ejerce su censura

con aliento a sepultura

y segura flaccidez


Con sus miembros atrofiados

este triste tribunal

vuelve el reloj nacional

a turbios tiempos pasados

votaron condicionados

sin libertad de conciencia


Sin real independencia

los condujo el Opus Dei

a derogar una ley

respaldada por la ciencia


Es hora de decir basta

y decirlo muy en serio

Chile no es un monasterio

que a las mujeres aplasta

si alguna elige ser casta

está en su justo derecho

pero si otra abre su pecho

o las piernas a quien quiera

que alce la frente altanera

sin censores al acecho


Indecente es la violencia

inmoral es la pobreza

insultante es la riqueza

y obscena es la prepotencia


Insulta la inteligencia

tanta manipulación

y una firme decisión

madura en la sociedad:

Por un país de verdad

cambiar la constitución

sábado, 19 de abril de 2008

De los Pobres será el Reino de los Cielos


Pedro Lemebel
La Nación Domingo


Ojo de loca no se equivoca

Un huevo no es pollo
Alguna vez le pregunté a mi madre si se había hecho algún aborto. Me dijo que sí con aburrida indiferencia y después hablamos de otra cosa, mientras ella apagaba la tele donde el cura Hasbún vomitaba sentencias y amenazas con cola de lagarto.

Algo hay que decir, al menos desatar la ira frente a la impudicia de cinco momias del Tribunal Constitucional que se arrogan el derecho de apoderarse del cuerpo de la mujer para decidir sobre sus proyectos fecundatorios. Pareciera que después de tanto andar en el difícil trayecto de la liberación, ciertos proyectos de identidad que creíamos ganados son remitidos a la mazmorra feudal del catolicismo inquisidor. ¿Pero quiénes hablan de la vida y la familia con la boca llena de espermios vinagres? La misma derecha miliquera cómplice del crimen a mansalva.¿Quién habla de la vida y pone los ojos blancos mirando al Altísimo? El mismo prelado al que se le espumea la boca negando el condón, que es el único salvoconducto en la frontera del sida. ¿Acaso, señor eclesiástico, su celibato pedófilo es más recomendable?
Tal complicidad retrógrada entre los magistrados y la curia violenta el derecho que tiene toda mujer a decidir sobre su cuerpo. Si no eres dueña de tu cuerpo, mujer, ¿de qué mierda eres dueña? Mujer pobre, mujer proleta, mujer obrera, cansada de trabajar, lavar, educar, amamantar a la prole que, según estos beatos, te manda Dios. Como si Dios te diera un bono de mantención para la crianza. Como si los críos vinieran con una beca divina. Mira tú, si los ricos Opus pueden darse el lujo de parir a destajo porque les sobran las lucas. En el fondo, como dice una amiga, este pastel podrido es segregación clasista. Que tengan guaguas como conejas las cuicas UDI, que tienen servidumbre para que les críen a los nenes blanquitos. Porque también, si ellas no quieren, pueden hacerse el aborto de un millón, en el fundo o con el médico de la familia, y después llegar regias al cóctel en La Dehesa. Pero esa realidad glamorosa no es la suya, señora pobla. Con cueva ha logrado tener tres niños, y aun así, usted y su marido se sacan la chucha para educarlos. Y esa monserga de la vida, del huevito, del feto de días que piensa, canta ópera y recita la Biblia, el feto filósofo que es más que un ser humano.
Quién sabe, quién tiene la seguridad del momento cuando empieza el mambo de la vida. Pura culpa y más culpa que le meten en la cabeza. Como dice mi amiga feminista Raquel Olea, ¿cuando usted se come un huevo, qué se come: un huevo o un pollo. Dirán que esto es facilismo. ¡Manual feminista!, gritará alguna cuica Opus. ¿Y qué? Todas las mujeres populares saben del aborto, del palo de perejil, del alambre y de los riesgos que corren con las aborteras clandestinas.
Además, todas conocen los malos tratos y crueldades a que las someten en las postas públicas cuando llegan con hemorragia. La culpa cultural es la construcción madre, virgen y mártir que ha hecho esta sociedad occidental de la mujer. ¿Qué sabe el hombre de un cuerpo agredido en su género desde que nace? Nació chancleta, decía antes la gente, y las perritas se ahogaban en el río.
Lo mismo pueden decir de mí; qué sé yo de esto, de un territorio corporal tan vasto y mortificado por un designio religioso y parturiento. Y quizá tendrían razón, pero me complicito con la libertad del cuerpo mujer y sus decisiones de supervivencia, de tener o no hijos, de tomar la píldora del día después, después de tener un rico sexo espumeante. ¿Por qué estos rígidos señores condenan a la clase trabajadora a tener sexo sólo procreativo? ¿Y si el polvo era sólo por calentura casual? Si la cachita era sólo para pasar la neura, sólo por deseo. Ustedes, señoronas de misa dominical, ¿conocen la palabra deseo? ¿O sólo se abren de piernas para tener hijos? Pero ese es problema de ustedes, y no tienen que imponer esa moralina al país entero. Tampoco se crean las damas zorrijuntas que llegar al aborto es una gimnasia recreativa. Si fallaron las pastillas, si no resultó el tarro, si el condón se rompió, la colegiala, la pobladora, tiene que vender lo que no tiene para arriesgarse con un raspaje con gillete mohosa.

Alguna vez le pregunté a mi madre si se había hecho algún aborto. Me dijo que sí con aburrida indiferencia y después hablamos de otra cosa, mientras ella apagaba la tele donde el cura Hasbún vomitaba sentencias y amenazas con cola de lagarto.

miércoles, 2 de abril de 2008

seis maneras de usar una silla con ruedas

1)¿qué estás haciendo?
-estoy jugando............ya poh, ven.... vámonos

2)(te espero al lado de la puerta, pero en realidad ya no me quiero ir)

3)todo se vuelve tibio, yo ya he estado aquí antes.

4)así giran nuestras cabezas, me introduzco en tu cuerpo para no marearme. hundo mi cara en tu pelo y te entierro los dedos en la espalda. me aferró a tu columna vertebral. traspaso tu piel y abrazo tus pulmones, tus vísceras, tu corazón.

5)comprimo hasta desintegarlo todo, logro que tu cuerpo traspase el mío en pequeños átomos y pulverizado, salga expulsado por mi cabeza

6)todo sigue tibio, yo siempre estuve aquí