sábado, 14 de febrero de 2009

Fragmentos de un discurso Amoroso Parte V "Cuando mi dedo, por descuido..."

“cuando mi dedo, por descuido...”

Contactos: la figura refiere a todo discurso interior suscitado por un contacto furtivo con el cuerpo (y más precisamente la piel del ser deseado)

Todo contacto, para el enamorado, plantea la cuestión de la respuesta, se le pide a la piel que responda (presiones de mano – inmenso expediente novelesco-, gesto tenue en el interior de la palma, rodilla que no se aparta, brazo extendido, como si tal cosa, a lo largo de un diván, y sobre el cual la cabeza del otro va poco a poco a reposar, son la región paradisiaca de los signos sutiles y clandestinos, como una fiesta no de los sentidos, sino del sentido). El sentido (el destino) electriza mi mano; voy a desgarrar en cuerpo opaco del otro, a obligarlo (ya sea a que responda, o que se retire, o que deje de hacer) a entrar en el juego del sentido: voy a hacerlo hablar.

En el campo amoroso no hay acting-out: ninguna pulsión, tal vez incluso ningún placer, nada más que signos, una actividad desprovista de habla: disponer, en cada ocasión furtiva, el sistema (el paradigma) de la pregunta y la respuesta.

Fragmentos de un discurso Amoroso Parte IV "El cuerpo del Otro"

“el cuerpo del otro”

Cuerpo: todo pensamiento, toda emoción, todo interés suscitado en el sujeto amoroso por el cuerpo amado.

A veces una idea se apodera de mí. Me pongo a veces a escrutar largamente el cuerpo amado. (Escrutar quiere decir explorar: exploro el cuerpo del otro como si quisiera ver lo que tiene dentro, como si la causa mecánica de mi deseo estuviera en el cuerpo adverso. (soy parecido a esos chiquillos que desmontan un despertador para saber qué es el tiempo)
Esta operación se realiza de una manera fría y asombrada; estoy calmo, atento, como si me encontrara ante un gran insecto extraño del que bruscamente ya no tengo miedo.

Algunas partes de cuerpo son particularmente apropiadas para esta observación: las pestañas, las uñas, el nacimiento de los cabellos, los objetos muy parciales.

Es evidente que estoy entonces en vías de fetichizar a un muerto.

Fragmentos de un discurso Amoroso Parte III "Me abismo, Sucumbo..."

“me abismo, sucumbo…”

Abismarse: ataque de anodadamiento que se apodera del sujeto amoroso, por desesperación o plenitud. La explosión de abismo puede venir de una herida pero también de una fusión; morimos juntos de amarnos: muerte abierta, por dilución en el éter, muerte cerrada de la tumba común.

Cuando me ocurre abismarme así es porque no hay más lugar para mí en ninguna parte, mi siquiera en la muerte. La imagen del otro – a la que me adhería, de la que vivía- ya no existe.

“un atardecer hecho de rosa y de azul místico / intercambiamos un centello único, / como un sollozo contenido, / todo cargado de adiós” (Baudalaire, “La muerte de los amantes”)

Fragmentos de un discurso Amoroso Parte II "Lo Ascético"

"Ser Ascético"

Ascesis: ya sea que se sienta culpable con respecto al ser amado o que quiera impresionarlo representándole su infortunio, el sujeto amoroso esboza una conducta ascética de autocastigo (régimen de vida, indumentaria, etcétera)

puesto que yo soy culpable de esto, de aquello (tengo, me doy, mil razones para serlo), me voy a castigar, voy a maltratar mi cuerpo, me cartaré los cabellos muy cortos, ocultaré mi mirada detrás de lentes oscuros(como para entrar al convento), me entregaré al estudio de una ciecia seria y abstracta. me levantaré temprano para trabajar cuando es todavía de noche, como un monje. seré muy paciente, un poco triste, en una palabra, digno, como corresponde al hombre del resentimiento. remarcaré histéricamente mi duelo (el duelo que presumo) en mi vestimenta, en el corte de pelo, en la regularidad de mis hábitos. será un retiro apasible, justo ese poco de retiro mecesario para el buen funcionamiento de un patético discreto.

La ascesis (la veleidad de la ascesis) se dirige a otro: regresa, mírame, mira lo que haces de mí. es un chantaje: pongo frente al otro la figura de mi propia desaparición, tal como se produci´rá seguramente si no cede (¿a qué?)

Fragmentos de un discurso Amoroso Parte I "Amar el Amor"

“amar el amor”

Anulación: explosión de lenguaje en el curso del cual el sujeto llega a anular al objeto amado bajo el peso del amor mismo: por una perversión típicamente amorosa lo que el sujeto ama es el amor y no el objeto.

Basta que, en un relámpago, vea al otro bajo la especio de un objeto inerte, como disecado, para que traslade mi deseo, de este objeto anulado, a mi deseo mismo; es mi deseo lo que deseo, y el ser amado no es más que su agente. Me exalto pensando en una causa tan grande que dela muy atrás de sí a la persona de la que he hecho su pretexto (es lo menos que me digo, feliz de elevarme humillando al otro): sacrifico la imagen a lo Imaginario. Y si un día llega en que me es necesario renunciar al otro, el duelo violento que me embarga entonces es el duelo de lo Imaginario mismo: era una estructura querida y lloro la pérdida del amor, no de tal o cual.